Gustavo Arteaga solía ayudar a los desamparados de su vecindario
Gustavo Arteaga era conocido en su vecindario de Bellflower como un buen samaritano que ayudaba a los desamparados brindándoles cobija, alimentos y a veces hasta su propio hogar para que se bañaran. Sin embargo, el 28 de julio del 2017 perdió la vida a balazos en el cauce de San Gabriel, cerca de la intersección de las calles Artesia y Palos Verdes, exactamente en la misma área donde solía ayudar a los desamparados. Hoy su familia y las autoridades piden la ayuda de la comunidad para encontrar a los culpables.
“Como a las ocho de la noche me llamaron del hospital y yo no lo quería creer”, dijo su esposa Priscilla Arteaga, de 40 años de edad. Precisamente ese día su esposo había olvidado su cartera en la casa. “Sabemos que ese día llevó unos burritos para que comieran los desamparados y hubo un problema con un muchacho”, relató Priscilla.
Aparentemente el joven implicado regresó poco después con dos hombres más y uno de ellos disparó contra Gustavo. La víctima iba rumbo al hospital pero falleció en la ambulancia. Detectives del caso dijeron que los desamparados del cauce tienen miedo de hablar ya que los hombres que supuestamente acabaron con la vida de Arteaga, de 37 años, son peligrosos.
“Los detectives localizaron a algunos testigos que pudieron ayudar con el retrato hablado de los sospechosos”, dijo el teniente John Corina del Departamento del Sheriff. “Creemos que el sospechoso numero 2 es quien disparó”. Marlene Arteaga, la hija mayor del occiso, dijo pedir justicia para su padre.
“Él era un hombre bien amable, siempre ayudando a la gente. Es una tragedia lo que pasó y queremos que nos ayuden”, dijo la joven de 22 años. “No tengan miedo de hablar porque [ellos] ya dejaron a una familia sin padre”. Aparentemente el joven implicado regresó poco después con dos hombres más y uno de ellos disparó contra Gustavo. La víctima iba rumbo al hospital pero falleció en la ambulancia.
Detectives del caso dijeron que los desamparados del cauce tienen miedo de hablar ya que los hombres que supuestamente acabaron con la vida de Arteaga, de 37 años, son peligrosos.
“Los detectives localizaron a algunos testigos que pudieron ayudar con el retrato hablado de los sospechosos”, dijo el teniente John Corina del Departamento del Sheriff. “Creemos que el sospechoso numero 2 es quien disparó”.Marlene Arteaga, la hija mayor del occiso, dijo pedir justicia para su padre.
“Él era un hombre bien amable, siempre ayudando a la gente. Es una tragedia lo que pasó y queremos que nos ayuden”, dijo la joven de 22 años. “No tengan miedo de hablar porque ellos ya dejaron a una familia sin padre”.
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